Cuaderno de Apuntes, Parte 17

Capitulo 17

Su nombre encerraba el misterio de nuestra existencia, mientras cada uno de nosotros buscaba consuelo y justificacion.
Segun transcurria el tiempo, me sentia mas humano y vulnerable. Todo era tan extrano y antinatural que por momentos parecia un sueno.

Mi decision habia sido deliberada. Definitivamente, quise retirarme del mundo.
Estando ciego no podia escribir, por eso mientras caminaba, hablaba conmigo mismo en un monologo que de algun modo, me ayudaba a seguir viviendo.

Pense en las cosas que me habian dejado sin aliento, en todo lo que parecia obvio pero que en realidad no lo era, en mis pensamientos erraticos y carentes de sentido.

Cuando era joven me gustaba ir a caminar por los jardines del viejo hospital psiquiatrico del barrio de Barracas.
Aun recuerdo el frio otonal y las calles internas adornadas con sauces y alamos, desnudos de hojas por el viento impiadoso.
Siempre empatize con la locura.
Me acercaba a los pacientes y hablaba con ellos. Todos me pedian cigarrillos.

Entraba y salia del hospital sabiendo que podia estar, tanto de un lado como del otro. Era como un juego. Un juego donde habia, ganadores y perdedores. De eso se trataba la institucionalizacion de la locura.
Este era el hogar de aquellos que lo habian perdido todo y no soportaron la vida.

Otros, supuestamente cuerdos, administraban el lugar con sus espacios fisicos y emocionales, de fronteras desdibujadas.
Me di cuenta tempranamente de que la sociedad le tenia miedo a la locura.
En este juego perverso, los hombres una vez mas habian quedado solos, invocando a un Dios ausente.


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