Los diarios de sumisi on

     18+. Del autor: se suponi`a que esta historia teni`a un solo lector, pero de alguna manera resulto` que ella comenzo` a “vivir su propia vida”, y no pude evitarlo.
Todas las coincidencias son aleatorias.

PRo`LOGO
      Me paro en el centro de la habitacio`n, escuchando con atencio`n los sonidos fuera de la puerta.  Mi cabello esta` recogido en una coleta alta, la`piz labial escarlata y una manicura "french" escarlata.  Un corse` negro calado, bien atado con cintas de seda, enfatiza favorablemente el pecho muy elevado (casi desnudo), presiona contra la cintura, envuelve las caderas regordetas, enmarca el pubis afeitado abierto en cuatro finas corrientes que desembocan en juguetonas ligas de encaje.  Los zapatos de taco`n alto me obligan a abrir ligeramente los pies para mayor estabilidad. !Esta posicio`n tambie`n ayuda a sostener dos pesadas bolas chinas de acero en la vagina, que por cierto pesan 150 gramos!  Este es mi protocolo para hoy...
Manos cruzadas detra`s de la espalda, pose de espera.  Repito mentalmente la secuencia de posturas en mi cabeza.  Uno dos tres CUATRO.  Es como el tango, un baile fascinante y apasionado en el que se me asigna un segundo rol, subordinado a la voluntad y el deseo de mi pareja.  El problema es que so`lo se` el primer Pas.
    Sumisa... ojos al suelo para ocultar su brillo ante la alegri`a del encuentro y la anticipacio`n...

Capitulo 1. La gata que camina sola

     Gata. Medio a~no antes...
Mi antiguo hogar esta` destruido. Hogar, dulce hogar. No, no pense`is mal, no fui yo quien lo destruyo`. Bueno, ya sabe`is, asi` pasa a veces. Estoy por mi cuenta, decida por mi` misma co`mo vivir y do`nde, si estar sola o con alguien, si cazar para alimentarme o mendigar por algunos bocados. No tengo due~no, ?y para que` tenerlo? Soy una gata, lo que significa que soy libre e independiente, y eso es lo u`nico que importa.

Antes, no hace tanto, era "un perro". Un perro leal hasta el fanatismo, protegiendo el amor y la paz de los mi`os, dando ma`s de lo que recibi`a. Tierna, cari~nosa, buena y fiel. Y, bueno, me pareci`a perfecto. Ser como todos, ser necesaria, no destacar y no dudar de que esa era la u`nica manera de vivir. Que la felicidad llegari`a en "bandeja de plata" y me diri`an: "Aqui` tienes, es tuya. Te hare` feliz. Te quiero. Eres mi`a. !Para siempre!". Para siempre... Mientras tanto, la vida sigue su curso, y ciertamente no me espera.

Perdone` y me fui sin mirar atra`s, dejando en el pasado las ruinas, aunque todavi`a en un rinco`n de mi mente persiste un pegajoso y desagradable nudo de antiguos pensamientos, recuerdos, resentimientos y preocupaciones. Basto` tocar esos viejos cimientos y el capullo que me rodeaba durante a~nos se agrieto`. Si`, al principio fue inco`modo e incluso doloroso, como arrancar una costra seca, pero al final aparecio` una nueva piel: blanca, suave y sensible. Todo lleva su tiempo. Afortunadamente, lo tengo...

Me llamo Blanca, que en ruso significa "blanca" o "luminosa", y me queda perfecto, porque asi` soy. Adulta, con una mente aguda y curiosa, equilibrada, reflexiva, pero tambie`n aventurera, en el buen sentido. En esta vida, me atraen los riesgos y las aventuras con un toque de locura, sin salir de los li`mites de lo razonable. Un balance peculiar, control del riesgo, como aquellos que ejercen profesiones peligrosas o los jugadores de bolsa, ellos me entendera`n. No soy tonta, eso seguro. Ma`s bien calculadora, lo`gica y, en su justa medida, decidida.
Hermosa, con esa belleza tranquila del norte, misteriosa e incomprensible como el canto de un chama`n o como los extensos paisajes nevados rusos, que esperan la llegada de la primavera y el calor. Mis rizos ondulados destellan con todos los matices del platino, desde el oscuro en las rai`ces hasta casi blanco en las puntas, y al sol brillan con destellos dorados. El viento del sur adora jugar con mi cabello, trayendo consigo salpicaduras de agua y arena. Mirada abierta de grandes ojos expresivos, con arrugas en las comisuras, las mejillas ligeramente sonrosadas, una peque~na boca con labios rosados y carnosos, la piel fina, casi transparente, con venas visibles. Un ligero sobrepeso le da a mi cuerpo una redondez que crea la ilusio`n de suavidad y docilidad, y mi barriga, aparentemente indefenso y accesible, so`lo refuerza esa impresio`n. Un error peligroso, por cierto. Mi cara`cter es terrible, cre`anme...
?Ya lo habe`is imaginado?

Por desgracia, no soy para nada perfecta, y tampoco aspiro a serla. Simplemente, despue`s de muchos a~nos tranquilos, mi cuerpo necesitaba recuperar una buena forma fi`sica, firmeza y ligereza en los movimientos. Asi` que los ejercicios sencillos y la pra`ctica diaria de yoga se convirtieron en parte de mi rutina, transformando mi cuerpo di`a a di`a. Pero si solo me hubiera limitado a cambiar lo externo, sin cambiar mi mentalidad, mi actitud hacia mi` misma y hacia la vida en general, ahora no estari`ais leyendo e`sto relato. Es imposible alcanzar resultados verdaderamente valiosos si solo se transforma el cuerpo.

Quiza`s lo u`nico de lo que no quise desprenderme fue mi sed de conocimiento. !Me interesa casi todo! Desde la fi`sica cua`ntica hasta las cartas del tarot, desde la psicologi`a hasta la fantasi`a y la historia. Los libros son mi pasio`n, el amor de mi vida.

Un di`a encontre` un estudio de un sexo`logo contempora`neo sobre las mujeres y la sexualidad femenina. Estaba escrito de forma muy clara, vibrante e interesante, asi` que lo "devore`" en una noche, descubriendo una nueva y fresca perspectiva sobre un tema que pareci`a ya trillado: el sexo. Con una cierta incomodidad que inquietaba mi conciencia, note` que realmente no sabi`a casi nada sobre mi` misma, que el sexo habi`a sido algo meca`nico para mi`, como si lo hiciera en piloto automa`tico. Nunca antes me habi`a detenido a pensar en co`mo era o co`mo podri`a haber sido si hubiera mostrado un poco ma`s de intere`s y actividad. Con el tiempo, muchas cosas cambian, incluido el deseo sexual, y ahora lo entiendo.

!Decidido, voy a explorar mi propia sexualidad!
Armada con nuevos conocimientos, me lanzo a un viaje por el turbulento oce`ano del sexo, !adio`s a la rigidez y a la mentalidad cerrada! Y, como todos ya saben, para asimilar mejor cualquier materia, hay que poner en pra`ctica los conocimientos. Asi` esta` dise~nado nuestro cerebro, que adema`s es muy pla`stico y cambiante a lo largo de toda la vida. "?Y con quie`n?", - pense`. "!Vamos a buscar! Es cla`sica".

Los locales, esos ardientes machos del sur, muestran un evidente intere`s por mi`, que expresan con todas sus fuerzas. Es emocionante, me dan ganas de hacer algo loco, impulsivo. No puedo decir que sea una decisio`n meditada, pero como dice el dicho: "Si tienes miedo, no lo hagas. Si lo haces, no tengas miedo".

!Ay, perdo`n! Se me olvide` decir que me mude` y comence` una nueva vida en una bella ciudad mediterra`nea con una historia rica y antigua. Y, si`, en las pa`ginas de este relato sere` completamente honesta con vosotros. En primer lugar, es importante para mi`. Odio la mentira y a los mentirosos.

Capitulo 2. Quie`n busca siempre encontrara`

     Un mes antes...
El brillo de unos ojos verdes, descarados y felinos; una cola alta que se mueve depredadora de un lado a otro; u~nas afiladas, rojo intenso, agresivas, casi como estiletes. El estado de caza agita mi imaginacio`n, haciendo que el corazo`n lata ma`s ra`pido y la sangre fluya por mis venas. Camino, moviendo las caderas descaradamente, provocando a la multitud a manifestar sus deseos ma`s bajos, y se` que me devoran con la mirada, sus ojos me queman con el deseo abierto de poseerme. Likes, likes, likes: corazones encendidos caen como si salieran de un cuerno de la abundancia. Ahora no importa tanto si sera` sexo de una noche o una copa de vino con una agradable conversacio`n. He dejado de vivir esperando; de las expectativas solo vienen decepciones. Es ma`s interesante no saber que` te espera a la vuelta de la esquina, y cre`anme, la vida sabe co`mo dar sorpresas. La verdadera cuestio`n es co`mo tomarlas: ?tener miedo de aceptarlas o verlas como una oportunidad?

     Mi arma es mi mente y mi voluntad, y es por eso que los tontos y los d;biles no deben acercarse. Es terriblemente atractivo, claro, pero perdera`n antes de siquiera darse cuenta. Los tontos no son para mi`. Los tontos pertenecen a otra realidad; nunca los entendere`is a menos que se rebaje`is a su nivel de pensamiento. !Es como un virus! Que existan en algu`n lugar detra`s de la puerta, o mejor au`n, detra`s de dos puertas, para no rozar ni siquiera el borde de mi vestido. A los elegidos les permito acercarse, les dejo oler la sangre despue`s de la caza, la adrenalina y el sudor fresco - el olor de la pasio`n animal. Y me voy, porque el juego se vuelve insi`pido y deja de darme placer. Un caleidoscopio de rostros, la imagen cambia tan ra`pido que ni siquiera trato de recordar a todos mis admiradores o amantes (depende de su suerte). Estoy creando mi coleccio`n personal compuesta por hombres como un joyero exigente seleccionando diamantes perfectos para adornar una corona. Ellos lo saben y les parece bien, porque ellos tambie`n tienen derecho a elegir y han elegido a mi`.

Pero (siempre hay un "pero"), justo cuando me convenci` de que mi vida estaba en orden y que todo me complaci`a, sucedio` algo que la puso patas arriba.

     Enero. Estaba aburrida y deambulaba por las calles, observando a los transeu`ntes, mirando mi reflejo en los escaparates. Un territorio totalmente desconocido para mi`, muy concurrido. Una Babilonia moderna - cacofoni`a de sonidos, olores y nuevas impresiones. No busco aqui` el amor de toda mi vida ni a mi "media naranja", como dicen los locales. Solo relaciones honestas, abiertas, sin ambig°u°edades ni falsedad. Un enfoque creativo, una perspectiva no convencional sobre cosas que parecen simples y claras, inteligencia, pensamiento creativo, sentido del humor, confianza en uno mismo, sexualidad: estas son las cualidades masculinas que ma`s me llaman la atencio`n, las que me hacen fijarme en el objeto de "caza". La edad y el fi`sico han pasado a segundo plano.

Me detengo frente a un tablo`n de anuncios en la plaza central, lleno de hojas de papel de todos los colores: algunos buscan el Amor, otros solo sexo sin compromiso, y otros intentan venderse lo mejor posible. Bueno, cada uno a lo suyo.

La seccio`n "Creativos" - muy interesante. En uno de los muchos anuncios, una imagen de una mujer arrodillada con un collar en el cuello: la expresio`n de su cara, su postura, todo sugiere la espera de algo imposible y prohibido, pero al mismo tiempo tan dulce y tortuoso. Curioso… Leo atentamente el texto del anuncio: "Busco compa~nera de juego. Una perra salvaje, libre de prejuicios. Quiero darte la oportunidad de experimentar nuevas sensaciones, emociones y placer. Mucho placer. Si esta`s cansada de la monotoni`a y deseas cumplir esos deseos profundos que ni te atreves a pensar, soy el indicado para hacerlos realidad.
Sin compromisos. Libera tus instintos y se` tu` misma. Confidencialidad, sentido comu`n y respeto garantizados".

Atrapo una mirada masculina intensa y !me estremezco! - piel de gallina, el corazo`n me late salvajemente en el pecho, duele, me retumba en los oi`dos.

– Tonteri`as – diri`ais –, eso no pasa.
– Pasa.

"Teme a tus deseos, pues tienen la costumbre de hacerse realidad"… otra de mis frases favoritas. Confucio, vaya.

Capitulo 3. Lord

     Su nombre es Lord - tanto un ti`tulo como un nombre. Maestro con una gran experiencia pra`ctica en domar y someter, al menos eso es lo que e`l dijo. Un maestro de pra`cticas sexuales muy "oscuras", le`ase - pra`cticas duras, a trave`s de la entrega voluntaria de poder en manos de otra persona, que otorga libertad de uno mismo. Un hombre que desde la juventud se ha dedicado al tema BDSM. Sabe`is, me fascinan las personas que han encontrado su vocacio`n y la desarrollan durante a~nos, disfrutando sinceramente de ella y perfecciona`ndose di`a a di`a. Siempre me ha interesado entender qu; los motiva, c;mo logran mantenerse en el camino en medio de la rutina diaria. ;Es suerte? ;Un trabajo incre;blemente duro? ;Talento? ;Una visi;n especial de la vida? ;O todo junto?

Maestro. Profesor. Dominante.
Su perfil es muy conciso: "1,86 m y 86 kg. Doctor en Ciencias. Saludable. Me gusta la navegaci;n, las motos y el triatl;n. Gerente de inversiones, consultor;a, auditor;a. Me gustan las mujeres altas y sin sobrepeso, activas e iniciadoras. Relaciones abiertas, poliamor;a. A corto o largo plazo." Unas pocas fotos y nada m;s...

No es en absoluto de mi tipo, alto, musculoso, delgado, con cabello oscuro salpicado de canas. Fuerte y en forma, parece al menos quince a;os m;s joven de lo que es. Frente a m; hay un depredador: duro, peligroso, capaz de esperar y asestar el golpe decisivo en el momento adecuado, donde m;s duele. Su postura es relajada, confiada, probablemente est; satisfecho en este momento. No tengo ninguna duda de que est; listo para entrar en combate en cualquier momento, a pesar de su aparente calma. ;Guapo? Bueno, no s;, sus rasgos faciales son comunes, un poco toscos, hay millones como ;l. Los labios finos est;n apretados en una l;nea, la barbilla sobresale un poco, lo que, al principio, hace que su rostro parezca un poco enojado. Pero sus ojos...
Ojos sinceros, inteligentes, j;venes y... r;en. No, en realidad es mayor de lo que pens; al principio.

- TE ENSE;AR; a querer lo que a veces piensas. Te convertir;s en la mujer que solo pod;as so;ar con ser, - su voz suena baja y un poco ronca.

;Cu;l es mi sue;o? ;Peque;o? ;Grande? ;Moment;neo? ;O quiz;s aquel que "sue;o" desde la infancia? ;Un sue;o interminable? ;Un sue;o real que podr;a hacerse realidad o uno que nunca se cumplir;, no importa cu;nto lo persiga? ;El sue;o de una mujer o el sue;o de una diosa?

- Prep;rate para experimentar algo completamente diferente, para creer en ti misma. Prep;rate, porque nunca has experimentado nada igual. Prep;rate, porque estoy a punto de ense;arte a disfrutar de todo lo que llevas dentro.

;Dios m;o!, irradia poder del cual no puedes esconderte ni escapar. Autoridad y fuerza, calma y confianza en cada palabra, en cada gesto y movimiento suyo. Huele a metal caliente, asfalto mojado, o tal vez a mar fr;o de invierno, no lo s;, no puedo distinguirlo, me pica la nariz y me dan ganas de estornudar, mientras entierro mi cara en su chaqueta de cuero.

- Tentador, - pens;, sintiendo un escalofr;o recorrer mi espalda. - ;Arriesgarme o irme orgullosamente y perder la oportunidad de probarme a m; misma?

- Atr;vete, conf;a, - sus ojos me miran con atenci;n y seriedad, - la confianza te har; vulnerable, pero te permitir; sentir algo que nunca has sentido antes. Dejar;s de ser una mujer, te convertir;s en una Diosa. Completamente libre.

- ;Confiar? ;A este extra;o mortalmente peligroso? - Mis pensamientos corren por mi mente a la velocidad del sonido, - me ense;aron desde la infancia a no confiar en nadie. Las norte;as fr;as y cerradas - es un estereotipo, por supuesto, pero eso es lo que dicen de nosotras, y hay algo de verdad en ello.
- Veo que aceptas.
- S;, acepto, - respondo desafiante, mir;ndolo directamente a los ojos, y me asombro de mi valent;a. Aunque en ese momento no entiendo del todo en qu; estoy dando mi consentimiento. A la mierda la sensatez, ;voy! Despu;s de todo, soy una gata, y como sab;is, los gatos tienen nueve vidas. S;, ya he muerto antes, me dol;a, pero ahora siento que tengo suficiente fuerza para nuevas pruebas. Nueva Yo, hacia lo nuevo.
- Encontrar;s mi Telegram en el perfil. Escr;beme cuando est;s lista, - se dio la vuelta y se fue. Como si nunca hubiera estado all;.

La adrenalina desapareci;, las piernas se sienten d;biles y la cabeza me da vueltas un poco. Necesito sentarme y tomar una taza de caf; urgentemente. Recuperarme y al menos intentar pensar en lo que acaba de pasar: "Yo. Voluntariamente. Acept;. Someterse." - qu; cringe. Aunque... no voy a mentir, ;la sumisi;n siempre me ha excitado!

Capitulo 4. El juego comienza
 
     Blanca... ;Vamos! El juego comienza. Un juego cuyo nombre no todos son capaces de pronunciar en voz alta sin fruncir el ce;o por miedo o verg;enza: ";Es antinatural, perversi;n, libertinaje, inmundicia!" - y un sinf;n de otros ep;tetos. ;Ay, si supieran qu; "perversos" existen en la naturaleza! - los chinches, por ejemplo, hablando de la naturaleza.

Un juego en el que ahora tambi;n participo, habiendo aceptado ser "sumisa", que, tal vez, suena mejor que "baja". Todos esos l;tigos, cuerdas ;speras, mordazas y dolor. Mucho dolor. Cr;anme, a m; tambi;n me asusta.

;l es Dom, yo soy sumisa. La entrega total y sincera de la sumisa la llena de alegr;a, y al dominante de satisfacci;n y orgullo. La verdadera sumisa NO est; obligada a someterse, ;ella disfruta someti;ndose! ;Entend;is la diferencia? Ese es el sentido de su rol en el juego. Soy una "juguete" sexual y una aprendiz. Preguntar;is por qu; lo necesito, y tendr;is toda la raz;n. Para conocerme a m; misma, naturalmente, para encontrar alas y aprender a volar. Solo que el color de las alas no tiene importancia para m;. Para aprender a confiar. De nuevo.

La opini;n de la sociedad me da igual, todas esas normas, reglas, est;ndares tontos y absurdos, la hipocres;a y la ignorancia de los "poderosos" - tonter;as, palabras vac;as. Seguridad, Voluntariedad, Sensatez - los tres principios b;sicos de BDSM que todos los participantes deben seguir sin excepci;n.
Primeras reglas, llamadas protocolo, son las siguientes: dirigirse al M;ster exclusivamente de "usted", est; prohibido mirar a los ojos, est; prohibido tocarle sin permiso, debo pedir permiso pr;cticamente para cualquier acci;n. Vestidos, faldas/blusas. ;Ropa interior prohibida! Puedo terminar la comunicaci;n en cualquier momento, basta de informar a ;l de la decisi;n tomada.

- Tu adiestramiento comienza hoy, ahora. Sesi;n. La sumisi;n no es solo sexo, es la renuncia a la voluntad, el servicio, - las palabras suenan en voz baja y clara.
- Ordeno - lo ejecutas y lo haces sin preguntas ni demoras, de lo contrario ser;s castigada.
- La paciencia y la humildad no son los puntos m;s fuertes de mi car;cter - me permito bromear un poco para aliviar un poquito la tensi;n.
- Bueno, se convertir;n en tales, gradualmente, paso a paso... sin prisa, - no recoge la broma, sino que simplemente enuncia el hecho.

- El camino hacia la sumisi;n no ser; f;cil, especialmente para una mujer con un car;cter, cultura e individualidad como la tuya.
Habr;n momentos en los que me odiar;s, en los que me mandar;s al diablo, eso es normal. Pero este tipo de adiestramiento sirve para moldear ese car;cter, a someter los instintos, a domar la voluntad. La sumisi;n es servicio, obediencia. Quieres sentir el poder del hombre sobre ti, pues vas a tener que aprender que ese poder a menudo ser; inc;modo, pero al final vas a gozar complaciendo, sirviendo y viendo como tu dominante est; orgulloso de t;.  Follar duro saben hasta los monos, someter solo sabemos unos pocos y repito, esto NO VA DE SEXO.

- D;jame decirte. Mi vida est; en orden y es estable. No quiero tener en la propiedad ninguna sumisa, poniendo un collar sobre ella, el principal s;mbolo de su pertenencia al Amo.
Mi tarea es ense;arte, mostrarte el camino, para que en el futuro encuentres a alguien que SEA DIGNO de poseerte incondicionalmente, respetando tu sumisi;n y entrega. Alguien que gane tu confianza absoluta y se convierta en el significado de tu existencia. ;Lo he explicado con claridad?
- Perfectamente. Esto me conviene. Gracias por su honestidad.

     As; comenz; mi entrenamiento para servir a mi Se;or, Maestro, M;ster, Dominante - ll;malo como quer;is, eso cambia poco en este caso.
- ;Sabes algo sobre la cultura BDSM?
- Solo conceptos generales, mi Se;or.
- Recuerda que estamos jugando y cada jugador tiene su rol. Haremos un acuerdo, un contrato, que detallar; todas las condiciones de nuestro juego, y tambi;n completar;s un playlist que he preparado, marcando las pr;cticas que consideres aceptables para comenzar. Palabras clave: amarillo - si est;s casi al l;mite y debo reducir la intensidad, rojo - stop, detener la acci;n de inmediato. T; estableces los l;mites.

Es dif;cil describir todo lo que pensaba durante los primeros d;as de comunicaci;n con Lord. Un mont;n de informaci;n - libros, documentos, enlaces, de estudio obligatorio. El llevar un diario inquebrantable en el que debo describir de manera muy abierta mi estado, pensamientos, deseos o miedos, dudas, etc. y enviarlos por correo electr;nico. Precisamente el diario me une ahora al Maestro por un hilo invisible. S; que lo lee, se ha convertido en un ritual matutino para ambos. A veces me hace preguntas de seguimiento o exige que explique qu; quiero decir, y en la respuesta me permito (o m;s bien ;l me permite) expresar mi opini;n, a veces bromear, queriendo entretenerlo, y bueno, no lo ocultar;, para captar su atenci;n, interesarlo.

Pero ;no en el chat! En el chat soy su perra, su puta, su sumisa. El chat est; lleno de deseo, fotos y videos expl;citos - enciende, quema, provoca y brinda la descarga sexual tan necesaria ahora. Entrenamientos obligatorios de los m;sculos ;ntimos - bolas de metal de Kegel de al menos tres horas al d;a. Cada ma;ana y noche debo saludar a mi Se;or, expresando respeto y buena voluntad para continuar el juego.

- No tienes nada que temer, - dice con total seriedad, - no suceder; nada que no quieras. Pero, considero apropiado advertirte que tendr;s que hacer cosas que entran en conflicto con tus creencias y personalidad. Y adem;s, muchos abandonan el entrenamiento, eso es normal y no hay que verlo como algo negativo o un fracaso.

;l no tiene prisa  ni me apresura. No me empuja hacia el borde del abismo, sino que, por el contrario, me gu;a y me instruye, crece la confianza y el respeto por mi enigm;tico y tan cautivador maestro.
Veo como Dominante solo a aquel que es moralmente m;s fuerte que yo, a quien realmente quiero obedecer, ver su superioridad, no solo f;sica, sino tambi;n intelectual y emocional, y no a quien agita un l;tigo y grita: ";De rodillas!".
Saber que ;l sabe lo que todav;a no puedo alcanzar, pero intentar, esforz;ndome por aprender todo lo que no s;, pero sabe el Maestro.

Comunicaci;n en formato 24/7, pero, para mi gran sorpresa, no hay prohibiciones ni restricciones sobre la vida personal que no tenga que ver con nuestro v;nculo. Los admiradores y amantes siguen deleit;ndome con su atenci;n, solo que ahora lo describo todo y le env;o por correo esta lectura apasionante.

- ;Puedo hacerle una pregunta, mi Se;or?
- Puedes.
- Si, por razones personales, no puedo responderle de inmediato o cumplir una orden, ;ser; castigada, mi Se;or?
- No, - el Maestro se r;e, - simplemente d;melo y eso es todo.
;Incluso se divierte! Bueno, algo de humanidad se conserv; en ;l, pens; y sonre; "adentro".

- Jugamos, pero cada uno tiene su propia vida. Ante todo somos personas. Mi presencia en la tuya se limita al juego y nunca interferir;, no me corresponde hacerlo.

     Pas; una semana y me calm; un poco. Mi coraz;n deja de saltar del pecho con cada susurro. Como si la intensidad de la tensi;n interna se hubiera reducido, aunque mentalmente entiendo que esta es una falsa sensaci;n, que es un duelo y mi oponente es mucho m;s inteligente, m;s fuerte y m;s experimentado. Y tambi;n entiendo que el deseo, completamente at;pico para m; antes, de tocar, sentir su olor, lamerle, simplemente convertirme en suya, crece exponencialmente, especialmente despu;s de las palabras: ";Su;ltate! Eres mi perra. Quiero que te mojes, tiembles y te debatas en ;xtasis. Acar;ciarte. Proporci;neme el placer con tu orgasmo".
As; de dulce se vuelve, tan maravillosamente hermoso, porque ;l lo quiso as;, y yo obedec; su voluntad.

Como ya habr;is adivinado, lleg; el d;a en que recib; el mensaje con la fecha, el lugar y la hora designados. Solo me quedaba confirmar, y lo que hice.

Capitulo 5. La sesi;n

     La gata... Madrugada, centro. La ciudad se despierta. El sol se ha elevado sobre el mar y ha te;ido las callejuelas, casas y ;rboles de un color rosa p;lido, a;adiendo encanto y un poco de magia. Pocos transe;ntes se apresuran a sus asuntos, sin prestar atenci;n a la belleza que los rodea, al verdor joven de las hojas, a las flores que se abren en los numerosos parterres. Una vida normal, una ma;ana normal para la mayor;a. Inusual para m;. El g;lido viento que pasa me azota el alma y el coraz;n. El viento lo estropea todo, erizando el pelaje, enfr;a las orejas, haci;ndome estremecer por sus r;fagas repentinas y bruscas. ;O no es culpa del viento? El miedo me ara;a primero con sus afiladas garras y luego comienza a desgarrarme y a atormentarme por dentro con toda su fuerza. En pedazos. La incertidumbre aterroriza, pero la curiosidad tampoco me abandona. Bajo mis patas, como si crujiera un delgado hielo, solo el me separa ahora de caer en el abismo. El miedo lo cubre todo con una niebla, ciega, ocultando la verdad, y lo ;nico que queda es el juego de la imaginaci;n. No puedo detenerme en ning;n caso, de lo contrario, el instinto de supervivencia me obligar; a huir...

     Blanca... Al llegar al lugar acordado, me armo de valor y entro. Es un hotel. El vest;bulo me recibe con calidez y comodidad, con el tranquilo murmullo de las voces de los hu;spedes en la barra. El barista sirve el arom;tico caf; en las tazas, llenando el espacio con el aroma del despertar. El ambiente es muy agradable y me siento en un c;modo sill;n, entrecierro los ojos, espiando por debajo de los p;rpados a los que entran. Me relajo. Espero.

Y, por supuesto, pierdo el momento de su aparici;n. De sorpresa, abro los ojos con desconcierto, siento que se sonrojan mis mejillas y balbuceo palabras de saludo. ;l sonr;e (lo que me averg;enza a;n m;s) y con un gesto cort;s me indica que lo siga. Es dif;cil imaginar una pareja m;s extra;a: un motociclista brutal y una dama elegante.

El tenue resplandor de las l;mparas de ara;a doradas, la alfombra roja amortigua el sonido de nuestros pasos y nos conduce al fondo del pasillo, acercando inexorablemente mi cuerpo a las puertas del infierno personal. La puerta, un leve chasquido del cerrojo abri;ndose, y entramos en la habitaci;n inundada de luz solar. ;Un contraste asombroso!
Al prepararme para la primera sesi;n en mi vida, Lord no me dio instrucciones espec;ficas sobre c;mo comportarme y qu; hacer, y de pie, busco desesperadamente una salida de esta inc;moda situaci;n, tratando de no mostrar mi inquietud. Lo ;nico que se me ocurre en este momento es convertirme en un observador externo, imaginar que todo lo que est; sucediendo no tiene nada que ver conmigo, el cuerpo por separado y yo por separado.

- Vete a ducharte y vuelve, - dice Lord, dejando su voluminosa mochila en el suelo. Tienes tres horas para mostrar todo lo que eres capaz.
Una eternidad...

Quiero calentarme, tengo mucho fr;o. Y miedo. Oigo que ;l camina por la habitaci;n, el sonido de una cremallera que se abre, el susurro de una bolsa. Cierro la puerta del ba;o y comienzo a desnudarme, y en el reflejo del espejo veo solo unos ojos asustados con pupilas dilatadas. Las c;lidas aguas fluyen, calentando y relajando mis m;sculos contra;dos por los espasmos, limpiando la tensi;n nerviosa y d;ndome confianza. Maravilloso. Envuelta en una esponjosa toalla, vuelvo a la habitaci;n. Por el rabillo del ojo veo en la mesa de centro una sombr;a fusta, un fino y largo l;tigo, un l;tigo de monta con una bofetada de goma plana en el extremo, un grande (;enorme!) dildo met;lico brillante y, por supuesto, tambi;n negro, un vibrador para estimular el cl;toris, una multitud de otros artilugios, geles, lubricantes y al Lord encendiendo una vela. Me quito la toalla y, orgullosa de mi desnudez, me siento en el centro de la cama en posici;n "Nadu".

- M;s cerca. De rodillas, - est; vestido, de pie con las piernas ligeramente separadas, - no voy a repetir, tengo tu playlist, eso es m;s que suficiente para prescindir de explicaciones.
Me arrastro al suelo hacia ;l, inclino la cabeza y siento un collar que me aprieta el cuello: un collar negro, ancho, de cuero, pesado, con una gruesa cadena de metal.  ;Amo? Todo como t; deseaba, querida.

;Record;is? Ayer todav;a era la Reina, toda tan bella, independiente, inteligente y exitosa. Dominando a la multitud y dirigiendo mi vida. Y ahora estoy de rodillas ante un Hombre y me doy cuenta de que ya nada depende de m;, la situaci;n se ha salido COMPLETAMENTE de control... Ante un Hombre. Desnuda. Mi voluntad est; paralizada y solo me queda confiar en Su misericordia. Y no puedo levantarme y decir que no, porque a partir de ahora no tengo derecho a decidir nada... Porque se encontr; una fuerza m;s poderosa y despiadada que la m;a, como una tormenta, como un hurac;n, como una avalancha de nieve que me arranca todo lo que pensaba y cre;a sobre m;.
El mundo a mi alrededor deja de existir, se colapsa en un diminuto punto, los sonidos y los colores desaparecen, fuera de juego.

;l se sienta en un sill;n frente a m;, estira las piernas calzadas con botas enormes, guarda silencio y espera. Con un sexto sentido entiendo lo que debo hacer ahora y con manos temblorosas empiezo a quitarle esas molestas botas para poder tocar con los labios la piel desnuda de sus pies. Cierro los ojos y, ronroneando de placer, lamo cada dedo, cada hendidura, cada pliegue de la piel. Esto no tiene nada que ver con la excitaci;n sexual - no estoy excitada, sino que simplemente disfruto de la cercan;a de su cuerpo. Lord se inclina, dominando, y me levanta la cabeza agarr;ndome del ment;n. Ah, bajo la gruesa tela de los vaqueros se ve claramente que ;l, en cambio, s; est; excitado (miro con cuidado). Tiro del cintur;n, abro la cremallera, quitando todo lo que me impide llegar a su pene erecto. Sujet;ndome fuertemente del cabello, me lo mete con dureza (no con crueldad, no) en la boca su polla muy dura con la cabeza morada. Duro, directamente a la garganta, otro empuj;n, m;s profundo, hasta que duele, hasta las l;grimas. Debo relajar la garganta, ceder, para no rozar con los dientes, no morder. Me ahogo, apenas tragando la saliva y las l;grimas, pero no me resisto, ;es imposible! Al contrario, trato de abarcar todo hasta la ra;z, y precisamente en ese momento siento c;mo me humedezco, c;mo se sonrojan mis mejillas, c;mo se hinchan de excitaci;n y un deseo fren;tico mis labios menores!
Ah, s; que el pico de su placer est; cerca. ;Deseo su orgasmo m;s que el m;o! Apartando mis manos de s; mismo, Lord me empuja hacia la cama y me desplomo como una mu;eca, separo las rodillas dobladas y levanto las caderas, levanto los brazos (;no tengo idea si est; permitido abrazarle o no!), sin entender en absoluto lo que se propone hacer. Uf, abriendo a;n m;s mis piernas, ;l se lanza con los labios a mi cl;t, lame, succiona, traza con la lengua s;mbolos cabal;sticos claramente, apretando cada vez m;s, ;quem;ndome con su aliento! Con los dedos duros, caus;ndome dolor, penetra en mi interior y, al mismo tiempo, continuando con las caricias de la lengua, pr;cticamente me obliga a tener un orgasmo. El orgasmo me inunda, me cubre por completo y, perdiendo el control de la mente, gru;o aferr;ndome con los dedos retorcidos a la s;bana. Parece que ya no se puede experimentar un placer mayor, pero... me equivoco.

Luego, como en una niebla... el vibrador en el cl;toris, el dildo, el pene, de nuevo el dildo, pero ahora con una cubierta de silicona con p;as. Sus manos no dejan de acariciar, una sucesi;n de orgasmos, temblores, mis gemidos... tentadores, llenos de indefensi;n, deseo y verg;enza, casi convirti;ndose en gritos. En un momento determinado, ya estoy a cuatro patas, arque;ndome por el dulce dolor en el ano, el vibrador en mi mano y yo, esforz;ndome por disfrutarlo y complacerlo, sigo con todas mis fuerzas el ritmo con el que ;l se mueve. Agarr;ndome de las caderas, me llena por completo, empujando el pene tan profundo que parece imposible de soportar. Me contraigo, sin lubricaci;n me duele, pero ni siquiera intento detenerlo, solo susurro: "Amarillo, amarillo". Y, milagrosamente, ;l me oye y se detiene.
- ;Lubricante, por favor, suplico! - Apenas muevo los labios desobedientes, logro expulsar la petici;n con voz temblorosa.
- Lubricante, - gru;e molesto, pero saca el pene y me aplica lubricante.
- Ooh, - exhalo aliviada y me relajo, - ;gracias!

No s; cu;nto dur; esta locura, tal vez una eternidad. Como a trav;s del algod;n, escucho su ronco gemido. Los ;ltimos movimientos pesados y bruscos, la culminaci;n, ;el tel;n! Una dulce languidez se extiende por mi cuerpo. Los pensamientos son viscosos, como gotas de miel, fluyendo lenta y perezosamente uno tras otro. Me tiemblan las piernas, los brazos. El r;mel se ha corrido sobre la s;bana. Un aroma agudo y sabroso a semen.  Si imaginara el cuerpo como un laboratorio qu;mico, en mi sangre hay ahora tal c;ctel de hormonas que ni el alcohol ni nada peor podr;an dar un efecto similar.

- Descansa, - dice Lord de manera breve y clara, dirigi;ndose a la ducha, y yo me giro de espaldas y sonr;o satisfecha, mirando al techo.
Olvidadas las posturas obligatorias de la sumisa, desaparecidos el miedo y la ansiedad. Ni siquiera pod;a imaginar que mi placer entrar;a en el "programa obligatorio".

Si ahora hab;is pensado que todo ha terminado, os hab;is equivocado, como tambi;n me equivoqu; yo. El M;ster ha regresado a la habitaci;n, no Lord.
Me cubre los ojos con una venda opaca y el mundo se encoge de nuevo, solo importan los sonidos y las sensaciones. Me someto. No tengo fuerzas para pensar en nada, mucho menos para resistirme - no tengo en absoluto. No, en serio. Trato de colocarme de tal manera que a ;l le resulte c;modo azotarme con el flogger o el palo, azotarme con la fusta o darme sonoros azotes con su pesada mano en las nalgas blancas. Las pinzas en los pezones, en los labios menores tiran, despertando de nuevo en m; el deseo. El l;tigo acaricia, muerde la piel, juega conmigo en el contraste.
Ahora ;l es el creador, el Artista de un arte especial, hermoso, que desnuda el alma.

Siento c;mo su respiraci;n se acelera, expulsando el aire espeso. Est; acalorado, como yo, los golpes se vuelven cada vez m;s cortantes, amplios y ardientes. Me encojo, dejando de respirar en la anticipaci;n del siguiente golpe, y los escalofr;os recorren todo mi cuerpo. ;l percibe con el instinto animal el aroma del deseo, con sus c;lidas palmas me aprieta por la cintura, y anhelodesperadamente que vuelva a introducirse en m;, que se desplome sobre m; con el peso de su cuerpo. Me arqueo, alzando sugerentemente las nalgas castigadas, especialmente en los momentos en que recibo otro latigazo.
- ;Te lo suplico! ;T;mame, entre, dom;name! - Mi grito resuena en mi cr;neo, pero solo siseo de dolor, no me atrevo a gritar en voz alta para no causarle molestias. Porque fuera de la puerta hay gente, oigo sus voces y risas, y ellos, estoy segura, est;n oyendo los resonantes azotes del l;tigo sobre mi cuerpo h;medo de sudor.
La cera derretida se derrama sobre la piel flagelada, causando a;n m;s sufrimiento, haci;ndome retorcerme y ara;ar la cama. No puedo contener las l;grimas y ruedan por mis mejillas, borrando los restos de maquillaje y dignidad. Pero este dolor es diferente, purificador e inspirador para dar el siguiente paso hacia mi verdadera yo. Las agujas m;s finas perforan mi antebrazo y un hilo de gotitas rojas se forma como una pulsera, adorn;ndolo.

- Disfruta, - M;ster interrumpe el silencio que reina en la habitaci;n y me quita la venda, - esto es un placer especial. No todas pueden sentir la magia del aqu; y ahora. Lo entender;s despu;s...

;Cansada? ;Agotada? ;Vaciada? ;Girada del rev;s y molida hasta convertirme en polvo de indiferencia infinita. La mente carece de fuerzas para comprender lo que acaba de suceder. Quiero acostarme, como una gata, enrollarme en una bola y dormir, dormir, dormir. En paz y tranquilidad.

Despu;s de una breve pausa, con cuidado y sin prisa me quita el collar del cuello, retira las pinzas, limpia la cera endurecida, y luego, con suavidad, aplica con las palmas el ung;ento de la pomada restaurador en las ;reas lastimadas de la espalda y del culo. Y yo... yo he muerto y resucitado, paz y alegr;a en cada part;cula del cuerpo y el alma. Pude, resist;, super; la prueba, recibiendo a cambio experiencia, satisfacci;n moral y placer sexual, ;esto tambi;n es importante! El dolor f;sico no se compara en absoluto con el dolor del alma, creo que entend;is a lo que me refiero.

     El acorde final fue una ducha conjunta (el agradable cuidado de la sumisa a por el Dom), relajando y calmando a ambos, lavando el sudor de nuestros cuerpos cansados y dej;ndonos solo un rastro casi imperceptible de la locura vivida. Miro al espejo - una gata, no una mascota dom;stica, sino una salvaje y despeinada, con ojos ardientes en los que ahora se han asentado destellos verdes de bruja. Y ;l - abrupto, agudo, duro, pero dentro - un muchacho-adolecente, con una sensibilidad sutil, capaz de escuchar e o;r, equilibr;ndose en el filo.

Capitulo 6.

     Al cruzar el umbral del hotel, salgo a la calle feliz y llena de energ;a. Voy dando ligeros pasos, con una marcha danzarina, hacia mi casa. En los auriculares se canta algo sobre el amor, coincidiendo con mi animado estado de ;nimo, y luego "... el maestro contin;a en su alumno..." (Basta). ;Soy una sumisa, qu; extra;o es ser consciente de ello! ;Loca, verdad? En casa, girando frente al espejo, observo detenidamente las marcas de los golpes, las franjas rojas y las cicatrices hinchadas - tienen un aspecto realmente aterrador, por supuesto. Saldr;n moretones, seguro. Da igual. ;Sigo en plena efervescencia, perd;nenme! Todos los m;sculos me duelen, arden, suplicando descanso. Este combate le ha costado mucho a mi cuerpo.

Y solo a la ma;ana siguiente, despert;ndome temprano, saliendo al balc;n con una taza de caf; y encendiendo el primer cigarrillo, reflexiono sobre lo ocurrido. Cu;n serio y tranquilo era ;l, observando c;mo reaccionaba, estudi;ndome, investig;ndome, conoci;ndome. Entiendo cu;n respetuoso fue, c;mo me protegi;, conteniendo el l;tigo levantado para golpear. C;mo no me oblig; a cruzar los l;mites de mis posibilidades, aunque podr;a, ;y tanto podr;a m;s! Y yo no habr;a encontrado fuerzas y coraje para resistir a Su voluntad. ;Fuerte, s;! Reconociendo su fuerza, mi cuerpo, yo misma anhelaba que presionara... que me rompiera... ya desarmada - me desarmara. Me despoj; del derecho a decidir, otorgando a otra persona la libertad ilimitada de disponer de m;, sin restricciones, en un tiempo limitado. Duro, s;, pero ;no cruel! La crueldad debe estar justificada. De lo contrario, la confianza que el Maestro logr; suscitar en m;, mostr;ndome a su sumisa que se puede lograr mucho m;s siendo abierta a los experimentos y obediente, se destruir;. ;l sabe hacer tantas cosas que yo no s;, que no tengo dudas de si quiero someterme. Nuestra psique odia mucho cuando el control no est; en nuestras manos, y yo pude hacerlo, entreg;ndome por completo y recibiendo a cambio algo m;s que solo sexo. No me siento utilizada ni manchada de suciedad, ;en absoluto!

;Maldita zorra afortunada! ;C;mo m;s se puede llamar al encontrar a un Maestro as;? ;Solo suerte o fortuna? ;O tal vez lo merec;?

Me siento como un viajero o un explorador, y considero a la curiosidad y el inter;s como los mejores compa;eros en mi viaje por el oc;ano del buen sexo - no analizando ni evaluando, sino aceptando lo nuevo como algo positivo. Definitivamente vale la pena mantener precisamente esa actitud. Cuantas menos evaluaciones y expectativas, m;s f;cil es explorar a uno mismo y al otro. Mantener la juventud y la belleza para siempre es imposible, no siempre hay estado de ;nimo, los deseos pueden cambiar, y todo esto es mi viaje. Para m;, el punto G universal en el sexo es el inter;s sin juicios y la disposici;n a los cambios.

Como de costumbre por las ma;anas, escribo en el chat, saludando y deseando un buen d;a a mi Se;or, y env;o el diario, esforz;ndome por describir los sentimientos, emociones y sensaciones de la sesi;n anterior, agradeciendo. En respuesta, ;l se interesa por el estado de mi muy maltratado culo, lo que me inspira a;n m;s respeto por su persona y una risa sincera por la absurdidad de lo que me est; pasando.

     Una semana despu;s...
- Buenos d;as, mi Se;or.
- Buenos d;as, mi sumisa.
- ;Puedo hacerle una pregunta, mi Se;or?
- Pregunta.
- Me gustar;a mucho conocer su opini;n sobre nuestro encuentro, mi Se;or.
- El mejor comentario es su ausencia. Eres una buena perra y me siento orgulloso de ti, me has dado mucho placer. Sab;as c;mo darme calor y paz, calmaste a mi demonio interior.
- Gracias, mi Se;or.
- Creo que la pr;ctica una o dos veces al mes te beneficiar;.
- Mejor una vez al mes, mi Se;or), temo que m;s a menudo simplemente no lo soportar;.
- Cuidado. Te est;s olvidando. No eres t; quien decide. Mi l;tigo ya a;ora tu culo, mi querida perra... Ahora quiero verte darte placer. ;Hazlo por m;, tus orgasmos me pertenecen!
- ;S;, mi Se;or! Soy su puta perra y estoy aqu; para complacerle.

     Me paro en el centro de la habitaci;n:
- Juego, juego, juego - es solo un juego, - me repito, apretando con fuerza la cinta de seda del cors; en mi pecho, - ;solo un juego! Un juego que transforma el dolor y el miedo en placer. El placer de ser yo misma.

Capitulo 7.

     Cinco meses despu;s...
El mayo. Un estado de felicidad y alegr;a, de calma y confianza en m; misma, de "enamoramiento" de m; misma, desbord;ndose y cada momento vivido es invaluable para m;. Brillo en los ojos, sonrisa, ardiente rubor en las mejillas, movimientos suaves y tranquilos - ;transmito al mundo lo que siento! En la vida normal... La gata, por cierto, tambi;n est; bien. Ronronea, satisfecha consigo misma, el mundo a su alrededor le importa un bledo.

- Buenos d;as, mi Se;or.
- Buenos d;as, mi perra favorita. He reservado un apartamento de 11 a 18 el pr;ximo lunes. Quiero celebrar tu cumplea;os y hacerte un regalo.
- Gracias, mi Se;or. ;Comeremos en casa o saldremos a la ciudad?
- Como t; quieras, querida.
- ;Alguna preferencia especial u otros deseos? - No conozco sus gustos o posibles restricciones alimentarias.
- No. Soy omn;voro. Sorpr;ndeme.
- Vale. Consid;rese invitado a un almuerzo de cumplea;os, mi Se;or. Me encanta sorprender.
- ;Qu; te gustar;a recibir de regalo?
- Flores, mi Se;or.
- ;Flores? Bueno, que sean flores entonces.

Cuando me llama "querida", Lord se est; burlando de m;. Le expliqu; que lo traduzco literalmente como "amada" y ahora me r;o cada vez, porque entre nosotros no hay amor, m;s bien es un h;bito, conexiones sin;pticas en el cerebro, reforzadas por repeticiones diarias de las mismas acciones.

Seguramente ahora hay;is pensado: ";Qu; aburrido! Empalagosamente dulce, "vainilla", que hasta aprieta los dientes. ;Y esto es BDSM para ella? Qu; gracioso".

- Tienes que comprar en la farmacia crema con lidoca;na, gasas est;riles, alcohol.
- ;Oh! ;S;, mi Se;or! - ;esto s; que es un giro, me muero de curiosidad!

     Durante todo el ;ltimo mes, el Maestro no me ha dado ninguna tarea, no me da ;rdenes y casi no hablamos. Solo sigue leyendo mi diario: "Ayer todo el d;a me picaba la piel de la espalda. ;Ser; que las alas empiezan a crecer o la espalda "a;ora" el l;tigo? ;Maestro, sonr;e!
Quiero sentir sus emociones, eso me llena. Sin sus emociones, el chat se ha vuelto vac;o y fr;o. Y me parece que ha perdido el inter;s en m;.
Mi apasionado admirador italiano, que prometi; un ;xtasis celestial, desapareci; despu;s de descubrir que estoy aprendiendo a ser "sumisa". Bueno, le entiendo, es dif;cil competir con el M;ster".

A lo que recibo como respuesta: ";Inter;s...? No, querida, mi inter;s ha cambiado. Tus amantes te sirven y te satisfacen sexualmente, y ahora me entregar;s tu sufrimiento y dolor, aceptar;s mis demonios".
O bien: "Para m;, el sexo no trata sobre la belleza. ;Qu; belleza puede haber cuando tengo la cara roja, el maquillaje corrido, saltando sobre la polla hasta el agotamiento? ;O cuando ;l, sudoroso y jadeante, "rompe el espacio", aplastando cualquier obst;culo, con la anticipaci;n del final? El momento del orgasmo es hermoso. En esos dulces segundos, aparece en la cara una mueca, muy parecida a la mueca de dolor o a la sonrisa animal. Esta es para m; la verdadera belleza. Una belleza honesta que arranca las m;scaras fingidas. ;l debe mirarme a los ojos durante mi orgasmo. Exige que los abra. Ojo a ojo. Apasionado, locamente sexual y peligroso, porque crea en m; una dependencia de esta persona. No quiero acostumbrarme a nadie".

Contin;o con los entrenamientos: yoga, ejercicios f;sicos, llevo bolas. Acostumbro la piel para que sea m;s f;cil y agradable durante las pr;cticas. El culote se me entumece de los golpes con el cintur;n. Me sobresalto con cada golpe de la paleta de madera en el cl;toris, pero parece que ya no duele tanto como al principio. Aunque... eso depende de la fuerza del golpe, por supuesto.

Los cient;ficos han demostrado que la parte del cerebro humano llamada n;cleo accumbens, cuya actividad aumenta cuando una persona experimenta placer, se comporta de manera similar cuando siente dolor, tanto f;sico como emocional. Algo as;.

     Un d;a antes...
Del diario: "Me resulta incre;blemente interesante saber cu;nto puedo avanzar en el aprendizaje. Ma;ana y en general. Porque nosotros mismos nos imponemos l;mites, y estoy aprendiendo a liberarme de las restricciones creadas por mi mente.
La semana pasada tuve poco sexo, me masturb; y so;;".

- ;Buenos d;as, mi Se;or!
- Buenos d;as, mi zorra. ;C;mo est; mi culo ruso?
- A;n m;s blanco y atractivo que antes, mi Se;or, - me enciendo al instante y comienzo a imaginar las delicias que ;l puede hacerme ahora mismo.
- ;Quiere que lo folle?
- Como desee mi Se;or. Estoy aqu; para servirle y darle placer.
- As; es.

     A la ma;ana siguiente...
- Estoy aqu; :) - Estoy sentada en un banco, fumando. Esperando.
- Entra y prep;rate para recibirme.

La puerta la abre el due;o del apartamento. Simp;tico. En la planta baja hay una galer;a de arte, una exposici;n de pinturas. Alcanzo a echar un vistazo r;pido a algunas, y el due;o ya baja por la escalera al s;tano. Un acogedor y espacioso loft, plantas, luz suave, m;s cuadros. Me llama la atenci;n un gancho masivo con cadenas colgando, fijado en el techo en el centro del sal;n, y a un lado un sof; rojo en forma de labios, a juego con mi  l;piz labial y mi provocativa ropa interior. "Rojo ruso" es el hit de la temporada. El due;o se disculpa por la molestia, entra en el dormitorio y comienza a hacer la cama, y yo entro en el ba;o contiguo a la habitaci;n, dejando la puerta entreabierta, y me quito el vestido. Suena el timbre del portero el;ctrico. Otra vez, una vez m;s...

- ;Puedes subir y abrir la puerta?
- Oh, claro. Abrir;. - Salgo del ba;o con mi lujosa lencer;a, sin ninguna verg;enza del hombre desconocido. Al contrario, me gusta su mirada interesada y evaluadora, y se me ocurre que no me importar;a que se uniera a nosotros. Como un tercerо.

     Doy un paso a un lado y, inclinando la cabeza, permito que Lord entre.
- Buenos d;as, mi sumisa. Me alegro de verte, - y de inmediato mete la mano entre mis piernas, encuentra el cl;toris y los dedos se deslizan m;s profundo, mientras que con la otra mano acaricia mi pecho.
- Muy bien... mmm... ;lista?...
- Yo tambi;n me alegro mucho de verle, mi Se;or, - h;meda, temblorosa y sudorosa por la incertidumbre, me acurruco contra ;l con todo mi cuerpo. Me besa de tal manera que me hace dar vueltas la cabeza, mientras contin;a acariciando mi cl;toris y llev;ndome casi al orgasmo con su sola presencia. Veo, siento que ;l est; complacido.
- Buena chica, - me da una palmada en el culo sonriendo, - bueno, gu;ame.

     Las l;mparas de luz del d;a brillan encendidas en el s;tano. S; que Lord no aparta la mirada, observa, disfruta de cada movimiento, cada curva del cuerpo femenino que se blanquea ante sus ojos, de su accesibilidad y de su poder sobre ese cuerpo. Aunque, seg;n yo, el poder no es placer, ni privilegio. Es un trabajo arduo y agotador.

Robbie, el galerista y propietario del apartamento, ya ha terminado y nos mira con curiosidad. De la mochila asoma descaradamente un largo l;tigo, sin dejar lugar a dudas sobre lo que ocurrir; aqu; en las pr;ximas horas. Los hombres se dan un breve apret;n de manos, Roberto me mantiene la mirada y se dirige a la escalera. Qu; l;stima, qu; l;stima...

     La suave y arrulladora oscuridad de la venda en los ojos me relaja. Las manos levantadas, esposadas y sujetas a la cadena, por el contrario, excitan los sentidos, las fantas;as del cuerpo d;bil y tembloroso, entregado a la merced del vencedor, y de la mente que intenta evitar el dolor: ;un momento emocionante de espera!
Sin defenderme, le dar; todo lo que quiero dar a cambio. En la ausencia de deseo de defenderme est; mi fuerza.
Un golpe, otro golpe, ;y otro m;s! Temblor, grito, sudor fr;o de nuevo, como si la sangre goteara de los poros, dientes apretados y gemidos, mis gemidos de placer por el vibrador presionado con fuerza por la mano de Lord contra mi cl;toris erecto. ;Me debato en las cadenas, arqueando todo mi cuerpo por los espasmos dolorosamente deliciosos de un orgasmo tan dulce y maravilloso!
Preguntas silenciosas y respuestas apasionadas. Un elemento completamente bajo nuestro dominio. Un juego con las reglas establecidas solo por nosotros. M;ster... ;es maravilloso, es m;gico! Basta, por favor, te lo imploro, detente, d;jame tomar aire, me ahogo, me quemo, me muero... y renazco de las cenizas, como el m;tico F;nix, recuperando con dificultad el aliento.

     Ahora es mi turno... ;Alguna vez hab;is visto a un demonio satisfecho? ;Yo s;! En este momento est; empapando en agua caliente, entre nubes de fragante vapor que enmascaran el olor a azufre. De rodillas, acaricio con mis blandas y felinas patitas, enjabonando su cabeza, los hombros, los brazos, tarareando en voz baja: "... ;quieres naranjas dulces? ;Quieres historias largas contadas en voz alta? ;Quieres que haga explotar todas las estrellas que te impiden dormir?...".

     No tengo ganas de salir a la calle, a "la gente". En uno de nuestros encuentros anteriores ya fuimos a comer juntos. No lo negar;, fue genial caminar a su lado, charlar de esto y de aquello, sentarnos juntos a la sombra de una gran sombrilla, como una pareja completamente normal, disfrutar de su atenci;n y consideraci;n, pero saber que ;l es el Amo y yo - su perra, y que si me ordenara quitarme la ropa, lo har;a sin demora. Pero hoy no.
Hoy quiero algo inusual, con un sabor afrutado y especiado a curry, menta, tomillo y pimienta, tan picante y ardiente como mi Se;or. Y t;, mucho t; en peque;os vasos de cristal. La entrega en una hora, perfecto.

En la penumbra del dormitorio arde una vela de masaje, dando calma y serenidad. Solo el leve tintineo de la cadena del collar interrumpe el silencio... Vierto con cuidado el aceite caliente sobre su espalda y hago un masaje lo mejor que puedo, aunque casi no s; hacerlo.
;En qu; momento este extra;o, que me aterraba hasta hacerme temblar las rodillas, se ha vuelto tan cercano y querido durante estas pocas horas? Froto, masajeo el aceite, tratando de tocar su alma, aspiro el aroma y no puedo apartar las manos, amaso los hombros, el cuello, intento agarrar el b;ceps y me alegro de no poder. Ahora est; completamente a merced de mis finos dedos y mis fr;giles mu;ecas, gimiendo de placer. Quiero m;s, m;s placer para ;l. Doy la vuelta a este cuerpo relajado y obediente y, sin pedir permiso, me siento encima, con una mano aprieto suavemente la cabeza de su pene erecto, y con la otra exprimo el lubricante de silicona, dej;ndolo gotear a trav;s de mi pu;o.
;El masaje del pene es un arte especial! Las manos son m;s fuertes que los labios, no se cansan y, por lo tanto, jugar con la excitaci;n y el relax es m;s interesante. Controlo sus sensaciones, observo, a veces acelerando, a veces reduciendo el ritmo y la fuerza del apret;n, prolongando el juego para intensificar el efecto del orgasmo. Mis deditos se deslizan, revolotean como mariposas, contray;ndose y relaj;ndose, sin despegarse ni un segundo del pene. Los dedos de su mano, que descansa en mi muslo, se tensan y se relajan ligeramente, lo que me sirve de indicador adicional del grado de excitaci;n.

- No podr; correrme la segunda vez.
- No piense en eso, simplemente d;jeme hacer lo que quiero, conf;e en m; - sigo acariciando, junto las palmas en "cerradura" y aumento la amplitud y el ritmo, suavemente, sin tirones, resbalando con los pulgares fuertemente apretados a lo largo del frenillo, hacia abajo hasta la ra;z, de vuelta hacia arriba, abajo... arriba, y siento c;mo la tensi;n crece. ;Ahora es el momento! Agarro firmemente su polla con una mano cerca de la cabeza, con la otra mano fij;ndolo en una posici;n c;moda casi pegado al vientre, con movimientos r;pidos, muy r;pidos, pr;cticamente le obligo a correrse. ;Aah, un ronco y ;spero gemido: victoria! Lamo con cuidado las gotitas de semen de la cabeza temblorosa, mmm... excitantemente delicioso, y... lo dejo en paz, que descanse, se lo ha ganado. ;Como recompensa recibo una mirada agradecida por mis esfuerzos! ;Ge-ni-al! ;Soy la mejor!

Capitulo 8. El regalo

- ;Qui;n? ;Madre m;a, qui;n m;s puede ser?
- El repartidor.
;Jol;n, se me olvid; completamente el cumplea;os y el almuerzo! Pido permiso con la mirada para salir del dormitorio, me pongo r;pidamente el vestido sobre el cuerpo desnudo y corro a abrir la puerta.

Pongo la mesa, distribuyendo la comida en peque;os platos: cordero en una salsa picante espesa, curry de pollo, arroz cocido, ensalada de verduras frescas con cebolla finamente cortada casi transparente y espolvoreada con menta fresca, falafel, empanadas de vegetales, panecillos calientes: los aromas flotan en el aire, se mezclan entre s;, tentando y atrayendo.

Descalzo, con unos vaqueros y una sencilla camiseta blanca, aparentemente relajado e imperturbable, Lord ya est; sentado a la mesa y solo por el brillo de sus ojos se puede adivinar que tiene curiosidad y ya no puede esperar a probar, pero espera pacientemente a que yo termine y me siente a la mesa.

- Buen provecho, mi Se;or. ;Empezamos? - Hasta me duelen las mejillas de lo educada que estoy.
- Buen provecho, Blanca.

Arranco un trocito de pan blando, lo mojo en la salsa, lo pongo en la boca y me lamo el dedo. ;Delicioso! ;Al diablo la etiqueta! Hay algo primitivo, salvaje en esto, me gusta comer a veces con las manos, como si primero "palpara" el sabor de la comida. Una gata, y encima hambrienta, ;qu; se puede esperar de ella?:) Se nota que esta comida es nueva para Lord, pero prueba con valent;a todo lo que le pongo en el plato. Ha salido a la superficie el travieso chico juguet;n que no ignora sus deseos, sino que los investiga con curiosidad, ansioso de nuevos conocimientos, sabores, experiencias, y eso me gusta de ;l. Y adem;s, ;;l es goloso! El baklava chorreante de alm;bar y el t; negro... mmm... ;que tentacion!
- Estoy satisfecho contigo, Blanca. Venga, vamos. Y qu;tate todo, es hora de recibir tu regalo.

     Desnuda, me acuesto de espaldas y me quedo inm;vil, llena de expectaci;n, sin cerrar los ojos. ;l tambi;n est; desnudo. Se pone guantes de l;tex y toma de la mesita de noche una crema anest;sica.

- ;El izquierdo o el derecho? ;Cu;l te gusta m;s? - ;una pregunta extra;a, verdad?
- Creo que el derecho, mi Se;or - no tengo idea de qu; se trata.
- Aplica la crema en el pez;n. No escatimes, no es lo mejor para ti - sonr;e levemente y comienza a acariciarme por todas partes a las que alcanza su mano.
- Rel;jate, hay que esperar un poco a que haga efecto, te gustar;.

Los pezones se endurecen, se contraen, volvi;ndose visualmente m;s oscuros. Por supuesto que me gustar;, pues con su mano ya me ha separado las piernas y me acaricia, me acaricia, me acaricia, me da unos leves azotes, excit;ndome cada vez m;s, haciendo que vuelva a humedecerme y morderme los labios, pero sin dejarme llegar al orgasmo.

- ;Est;s lista? - es mi pregunta favorita. ;Claro que no! Pero no tengo ad;nde escapar.

Luego cont; - cinco agujas gruesas y cortas con un casquete blanco y quince largas y finas con uno amarillo. Una vez M;ster me envi; una foto de una de sus labores: en la elegante espalda de una mujer, un dise;o espiral de gruesas agujas de m;quina de coser, colocadas apretadamente en el centro y extendi;ndose cada vez m;s libremente hacia los bordes. ;Eso s; que es bonito! Me la he guardado.

     El M;ster comenz; con las amarillas, perforando la piel en el borde exterior de la areola y sacando el punto de la aguja en el pez;n contra;do hasta quedar del tama;o de un guisante. Lento, firme y seguro, aguja tras aguja. Observo cada una con los ojos y con cada nueva trato de respirar profunda y tranquilamente, mientras el M;ster, entre perforaciones, me acaricia con ternura y ;nimo el pecho y la barriga. No duele, no es en absoluto una tortura, m;s bien al contrario, es agradable.

- Shhh, tranquila, ni;a, no te muevas, - y tira con cuidado el pez;n con los dedos.
;En serio? ;No! ;No podr; soportarlo, es imposible! Aqu; ya cierro los ojos con fuerza y el cuerpo se tensa por s; solo, un espasmo me oprime la garganta, aprieto los muslos, pero no cambio la posici;n del cuerpo para no hacerme da;o.

- Shhhhh, m;rame a los ojos. Te doy permiso. Quiero ver tus ojos, tus pupilas dilatadas, - y... me atraviesa el pez;n con la aguja blanca.

;Duele! Y esta es solo la primera...
- ;Qu; sientes, querida? - Sigue acariciando, clavando la mirada y esperando mi respuesta. Su pene se yergue con orgullo, excit;ndome a su vez.
- Me he sentido el dolor bastante fuerte.
- ;Doli;? - Levanta las cejas sorprendido.
- H;bleme, por favor, mi Se;or - tengo la sensaci;n de que el Maestro, por primera vez en todas nuestras sesiones, pronuncia tantas palabras. - ;Me hace m;s f;cil, de verdad!

     Me encanta recibir sus mensajes de voz, cerrar los ojos y escuchar su timbre aterciopelado, grave, ligeramente ronroneante, una pena que ;l me conceda ese placer tan rara vez, casi nunca.
Y aqu; entiendo con sorpresa cu;nta falta me hace una persona a la que pueda decir la verdad. O no decir nada - ;l ya lo sabe todo. No tener que maquinar, no omitir, no evitar respuestas. Ser yo misma. Cu;n importante es ser uno mismo...

- Vale... solo rel;jate, - la segunda y la tercera casi sin pausa. - Bien hecho, buena perra, me gusta c;mo lo est;s soportando. Ya casi est; todo...
- Oooh.

De repente, un fuerte olor a alcohol me golpea la nariz y al instante se me aprieta la garganta, como si me hubiera tragado de un trago un peque;o chupito de vodka. Me arden los ojos y creo que estoy llorando. O m;s bien, las l;grimas se me escapan solas de los ojos abiertos de par en par.

- Listo. Puedes levantarte y mirar m;s de cerca.
En mi pecho derecho se ha abierto una flor: magn;fica, punzante, pero tan anhelada. Me siento para examinarla m;s de cerca en el espejo frente a la cama y, ;s;! Un regalo as; no lo olvidar; jam;s. M;ster se levanta frente a m; y tambi;n la admira. ;l extiende la mano y con la palma sostiene el seno por debajo, presionando ligeramente el pez;n con el dedo.
- ;Qu; sientes, perra?
- Orgullo. Y gratitud... es hermoso y sexy, Maestro. Gracias.
La piel se estira bajo el peso del seno y las agujas se sienten m;s, provocando un dolor sordo y placentero en el bajo vientre.
- Ahora acu;state de espaldas. El postre...

     ;l es un virtuoso en el cuni, por as; decirlo. Olvidados quedan los juguetes y el vibrador, tan adorado por m;. Su lengua cari;osa y poderosa se vuelve cada vez m;s insistente, m;s exigente. Ahora necesita desesperadamente mi orgasmo. Demonio tentador... y su sumisa s;cubo, nos hemos esmerado cada uno en nuestro arte. No hemos intentado someternos o domesticarnos el uno al otro, simplemente nos hemos fusionado. Sin medias tintas, sin sospechas, sin barreras, porque hoy hemos renunciado tanto al orgullo como a la falsa humildad. Confiando. 

La sesi;n ha terminado, se han retirado las agujas, el culo est; abundantemente untado con crema contra los moretones (de todas formas habr;n, claro), el ;ltimo cari;oso azote de despedida y Lord comienza a recoger todos sus instrumentos. Yo tambi;n me preparo, pongo en orden el apartamento, no me gusta dejar desorden y destrucci;n a mi paso. Encuentro en el suelo algunas gotas de cera solidificada y las raspo con un cuchillo. Siempre nos vamos juntos, no s; por qu;, pero Lord nunca me deja sola despu;s de la sesi;n. Salimos a la calle, ;l con una mochila, yo con una bolsa de basura en la mano. Ha sido una despedida un poco inc;moda, nos hemos separado como extra;os...

Capitulo 9. El ;ltimo...

     Varios d;as despu;s...
Nuestro chat est; muerto. Un silencio total, si no contamos los deseos de buen d;a y buenas noches. Cada ma;ana, como durante los cinco meses anteriores, env;o los diarios, pero no hay respuesta ni alguna reacci;n:
"No creo ser una persona perfecta. S; que cometo errores. Estoy desorientada, como un perro al que su due;o at; y se fue, olvid;ndose de desatarlo. Me siento in;til, abandonada, y no entiendo hacia d;nde y c;mo seguir adelante. Hay algo que se me escapa, pero no s; qu; exactamente. CALLEJ;N SIN SALIDA.
Si quiero seguir desarroll;ndome, necesito ayuda. Ni los libros, ni las pel;culas sobre BDSM, ni leer foros me dan respuestas, porque son las experiencias de otros.

Para m;, el BDSM no es solo sexo, o mejor dicho, no es SOLO sexo. Me interesa seguir al Maestro y estudiarle a ;l y a m; misma. Veo en ;sto un sentido, me resulta f;cil y comprensible. Y quiero continuar aprendiendo.

En mi vida normal soy feliz, es verdad".

Sentirme feliz es una elecci;n m;a y la mayor parte del tiempo, en t;rminos porcentuales, as; lo hago. Pero cuando me doy cuenta de que he dejado de disfrutar de las nubes, del viento fresco, de esas cosas que parecen tan insignificantes, significa que algo anda mal conmigo y tengo que hacer algo urgente por m; misma que me llene de ligereza y alegr;a, aunque sea por un instante. Percibir esos momentos es un trabajo: "Si le pides a Dios felicidad, aprende a verla". Y la tristeza son matices de mal humor que ayudan a entender el valor de la vida. Se han escrito al menos tres veces m;s canciones tristes que alegres, hay que saber estar triste tambi;n:)

Hacia la tarde recibo una carta al correo electr;nico, pero no la leo, no quiero: "Ya lo pensar; ma;ana...".

     "Querida sumisa.
Por tus pensamientos creo que ha llegado el momento de tomar decisiones respecto a tu camino por el lado de la sumisi;n.
Mi labor ha consistido en mostrarte el camino dentro de unos l;mites que libre y voluntariamente hemos acordado: te he mostrado t;cnicas, he utilizado contigo aquello que he podido utilizar para estimular tu cerebro y tu cuerpo.

Est;s en un callej;n sin salida y lo s;, es normal y m;xime cuando entre sesiones pasa un tiempo relativamente largo y a trav;s del Telegram ya poco o nada puedo pedirte que no sea escenas sexuales que creo que ni a ti ni a m; nos estimulan ya que tenemos un nivel en el que hay que dar otros pasos adelante.
Y es ah; donde reside la cuesti;n, en darlos o no darlos.

Tu siguiente paso es entregarte a un Dom y que este te haga su sumisa en propiedad, que te tome como suya y t; le sirvas a ;l en todo momento, y eso querida, yo no te lo puedo dar.

Ha llegado el momento y est;s absolutamente preparada por lo que estoy muy orgulloso de ti, de que toda tu sumisi;n sea entregada a aquel que la merezca y que la pueda corresponder, has de encontrar a esa persona que merezca todo lo que eres capaz de entregar.
Mi misi;n est; cumplida en ese sentido.

Podemos profundizar en otras pr;cticas, introducir nuevas, pero tendr;amos que rehacer el play list para definir nuevos l;mites, adem;s ese incremento de intensidad no lo veo procedente de cara al verano en el que el cuerpo se desnuda y quedan las marcas visibles, teniendo que dar alguna explicaci;n.
No he usado contigo ni la humillaci;n, ni la inmovilizaci;n, ni otra serie de pr;cticas que ahondan no tanto en lo f;sico sino en lo psicol;gico porque te conozco y s; que son l;mites para ti.
Por eso tu apreciaci;n de callej;n sin salida, no puedes evolucionar m;s all; de lo que est;s ahora.

Seguirme a partir de este momento va a ser duro, porque voy a subir de escal;n y eso igual asusta, cr;eme he conocido muchas que lo han intentado y se han quedado en el camino, no es f;cil complacer a un tipo como yo.
Por eso te planteo la soluci;n que a mi entender es m;s conveniente para t; que es entregarte a una persona que te ponga un collar de propiedad y t; entregar;s toda la sumisi;n tan maravillosa que llevas. Eres inteligente, dulce, cari;osa, dispuesta, un encanto de mujer y de sumisa. Y creo que tengo algo que ver en ello……..

Me encanta que seas tan feliz, y que est;s en una situaci;n personal excelente. Te lo mereces.
Un beso".

     "Buenos d;as, querido M;ster!
Estoy orgullosa de Usted, le admiro, le agradezco.
Tiene toda la raz;n, mi viaje apenas comienza, estoy al principio de este camino fascinante, el camino que me mostr;. Desde el principio fui honesto conmigo en todo y quiz;s eso sea lo que m;s aprecio.
S; que ofrece la mejor soluci;n de salida para m;, conf;o en su experiencia y conocimiento en cuanto al crecimiento y desarrollo de las sumisas. Gracias a Usted mi curiosidad por el BDSM se ha convertido en una pasi;n, pero a;n no se ha convertido en el sentido de mi vida. Estoy segura de que as; lo siente y por eso me ofreci; una soluci;n sencilla y comprensible. Me ayud; a superar el miedo, porque la sumisi;n es una lucha conmigo misma y no con el Dominante.

No le ocultar; que me gustar;a seguir estudiando adelante con Usted, pero aqu; surge la pregunta: ;qu; tan necesario e interesante es para Usted y ve potencial en m; como Maestro?, porque "no es f;cil complacer a un tipo como yo".
Lo ;nico que lamento es que en nuestra ;ltima sesi;n no “aument; el nivel” de influencia sobre m; en ninguna de las formas que Usted deseaba y que tendr;a curiosidad de probar conmigo.  “Siempre es mejor arrepentirse de lo que has hecho que de lo que no has hecho” - proverbio ruso.

La idea de ser completamente propiedad de alguien me hace dudar de que sea una verdadera sumisa. Despu;s de todo, esto es lo que deber;a darme satisfacci;n y placer.

Me alegra mucho recibir tantas palabras c;lidas y amables de su parte sobre mi personalidad, sobre m; como mujer y sumisa. ;10 puntos de 10 posibles!

P.S. "Van a haber momentos en los que me vas a odiar, en los que me env;es a la mierda, es normal" - esto no me paso a mi.
Besos, M;ster, de todo mi coraz;n
P.S.S. Las bolas siguen cayendo".

;Eso es todo? Parece que s;. El juego ha terminado. Ha llegado el momento de "recoger las piedras".

     Tengo un anhelo desesperado por ir a la Ciudad. All;, donde hierve la vida, donde la gente ocupada se apresura por sus asuntos, quiero disolverme, perderme en ese ajetreo. Quiero ir a un club nocturno y entregarme a la locura hasta el amanecer. O al estadio. Me falta movimiento, comunicaci;n, libertad. Respuestas a las preguntas.

- Buenos d;as, Se;or. ;Puedo pedir su permiso para hablar?- ;Demonios!, ;qu; estoy haciendo? ;Para qu;??? ;Ayer ya me lo dijo todo!
- Buenos d;as, sumisa. Te doy mi permiso.
- Gracias. Maestro, quiero pedirle que finalice la sesi;n actual. Necesito estar sola. No buscar; a nadie hasta el oto;o. Pausa.
- ;Pausa hasta el oto;o..? Querida, entonces se perder; todo el progreso que has alcanzado. Est;s en la cima de lo que yo pod;a ofrecerte, y el siguiente paso es pedirte que te entregues, que vayas m;s all; de lo puramente f;sico, y para eso, como ya te dije ayer, necesitas ir de la mano de alguien cercano, confiando ciegamente.

Como t; misma has dicho: "Es solo un juego, Blanca". El siguiente paso es dejar de jugar y convertirte en propiedad, en esclava. De Se;or a Amo. Amo de todo lo que hay en t;: tu vida, tus sentimientos, tu libertad. Dejar de ser alguien para ser algo. Dejar de ser T; para convertirte en propiedad de alguien... Por eso, estos "juegos" suelen terminar aqu;.
- Y otra cuesti;n, si te sientes c;moda "jugando" y no quieres ir m;s all;, entonces casi cualquier dominante te servir;, ya que la cuesti;n de tu pertenencia al Amo quedar;a descartada.

- Puedes acceder a sesiones m;s o menos intensas en cualquier momento. El jugador/partner puede ser cualquiera, incluy;ndose a m;.

- EL AMO es solo uno.

- He entendido, Se;or - uf, realmente me siento aliviada.
- Por eso te dije que mi juego contigo ha alcanzado un nivel en el que salir de ;l conllevar;a la toma de decisiones sobre l;mites y obligaciones que van m;s all; de la definici;n de "juego".

- Y para eso se necesita, en primer lugar, tiempo (del que yo no dispongo), en segundo lugar, espacio (del que tampoco dispongo), y en tercer lugar, tu entrega total: material, f;sica y emocional (no creo que est;s en condiciones de hacerlo). Por lo tanto, desde mi punto de vista, es mejor que pongamos un punto final en el momento m;s dulce y agradable, antes de que el aburrimiento y la rutina lo conviertan en amargo, ya que ni t; ni yo estamos preparados para dar ese paso natural hacia la propiedad.
- ;He explicado?
- S;, completamente, Se;or.
- Te libero de todas las obligaciones conmigo. A partir de ahora, simplemente somos Fernando y Anastasia.
- Gracias, Fernando.
- Gracias a t; tambi;n. Que tengas un buen fin de semana...

Ep;logo.

     "Quiero finalizar este "baile" bellamente, ser; justo para ambos. Y, qui;n sabe, Maestro, tal vez llegue el momento en el que quieras crear a un ;ngel de agujas en mi espalda, o, quiz;, yo vuelva a querer inclinar la cabeza ante t;.

O, al ver en alg;n lugar la imagen de un ;ngel, sonreir;s y pensar;s: "Tuve una vez una sumisa rusa. Qu; cosas m;s interesantes se les ocurren a estos rusos".

Ahora el relato que casi he terminado de escribir tiene un final l;gico y apropiado.
;Bravo, Maestro! Ha logrado cambiar mi comprensi;n del BDSM. Usted ha sido amable, perceptivo, atento y ha protegido mi psique, sin causarme da;o de ninguna manera.
Su "juego" ense;a la felicidad, porque en el no hay perdedores.
;Le agradezco de todo coraz;n y le abrazo con ternura! Usted es el mejor".

     Los d;biles e inexpertos sumisos se sienten atra;dos hacia los poderosos, como las virutas de metal hacia un im;n. Este anhelo est; incrustado en nuestra naturaleza, es m;s fuerte que la l;gica y el sentido com;n. Quien es mayor y m;s experimentado buscar; al novato para aumentar su poder, transmitir conocimientos y disfrutar del Poder, ilimitado y tan dulce...

Valencia. Marzo-julio de 2024.


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